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lunes, 4 de agosto de 2014
Chávez Vive
Autores:
Edgar Edwards Terán
Pedro Chapón
Vicencio Vásquez
Entre sus logros más significativos se encuentra el haber movilizado a los sectores más débiles socialmente y empobrecidos de nuestro país, concediéndoles el carácter de seres humanos con sudor de pueblo, como nunca antes había sucedido en la historia de Venezuela. Esta movilización exaltó el carácter de las mayorías excluidos por cuestiones de clase y de la burguesía fascista-los habitantes de los suburbios y cerros de Caracas son una clara expresión de ello como resultado de la cuarta republica, quienes por primera vez sintieron que uno de los suyos estaba en la presidencia de la República y que sus programas y misiones gubernamentales los beneficiaban en forma directa, porque reconocía sus problemas y se identificaba con ellos. Esos sectores populares han constituido la savia del chavismo mas popular, son quienes apoyan masivamente en todas las elecciones en que triunfó su Chávez y quienes impidieron que se consumara el golpe de derecha en abril de 2002 y son los mismos que hoy siguen llorando con dolor y amargura la pérdida de su carismático líder el Gigante de América. Estas clases subalternas son las que han recibido por primera vez salud, educación, cultura y deporte del Estado, como parte del proyecto de dignificarlos y solucionar sus principales problemas.
Chávez consistió en haberse apartado del neoliberalismo tajantemente y de la globalización imperialista desde cuando ganó la elección de 1998, en que planteó el manejo soberano del recurso petrolero y un distanciamiento del Consenso de Washington, con lo que se cuestionó la hegemonía de los Estados Unidos y se puso en evidencia que era posible recuperar autonomía política en el manejo de los recursos naturales, a partir de una renovada idea de soberanía nacional y energética recuperando nuestra patria perdida, un hecho que le dio nueva vida a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Esta política antiimperialista adquiere más relieve, si se recuerda que hace 15 años, y ahora mismo, la mayor parte de los políticos de Latinoamérica han sido y son marionetas neoliberales que sirven, a bajo precio, los designios del imperialismo, tanto estadounidense como europeo; ya Venezuela no forma parte de ese paquete.
Chávez radicó en revivir en la práctica la idea de una integración continental que rompiera con la tutela de los Estados Unidos y su hegemonía clasista, lo cual destruyó el proyecto imperialista del ALCA a favor de otra propuesta, que nadie cuestionaba en 1998 y que pretendía integrar una zona de libre comercio, manejada por Estados Unidos y sus multinacionales, desde Alaska hasta Tierra del Fuego. El proyecto integracionista impulsado por el líder venezolano revivió el ideario bolivariano y le llevó a impulsar el ALBA, a fortalecer a Mercosur, a influir en la creación de Unasur y la Celac, y a desarrollar una política solidaria, basada en el intercambio de petróleo a bajo precio, con servicios y productos procedentes de Cuba, Nicaragua y otros países del Caribe. De esta forma, hizo realidad otra tipo de relación comercial y propugnó por una integración de los pueblos, a partir de sus necesidades y utilizando sus propias fuerzas de trabajo sin la explotación del hombre, logrando ser libres y más venezolanos con conciencia.
Chávez se materializó y se inmortalizo en que reivindicó la idea de construir una sociedad diferente al capitalismo burgués, al plantear la construcción de un “socialismo del siglo XXI” y el enfoque Ecosocialista. Aunque el proyecto no fuera del todo exacto y no se haya hecho realidad en ningún lugar planteándose la utopía, en Venezuela se esta construyendo con la practica del ensayo y error bajo principios solidos; el solo hecho de ponerlo en la mesa de la discusión ayudó a recuperar en el horizonte teórico y político una idea bajo un Plan que había sido enterrado para siempre por la oligarquía; Esto ha revitalizado la reflexión sobre el anticapitalismo y ha implicado que una parte de la izquierda no sienta pena ni bochorno al hablar del socialismo, como antes de Chávez sucedía en forma casi unánime en todos los sectores sociales.
Chávez se ha expresado en su carácter de educador y de pedagogo popular y práctico, como lo evidenciaba ante los consejos comunales y en la televisión como Alo Presidente. Con los medios no sólo se comunicaba con sus seguidores, sino que el líder venezolano instruía, transmitía ideas, invitaba a reflexionar, recomendaba libros y autores, algo que ningún presidente del mundo hace en la actualidad en pleno siglo XXI, por la sencilla razón que ahora los políticos no leen. En este sentido, debe destacarse la reivindicación de la palabra como medio de comunicación con los sectores pobres de Venezuela y de otros lugares del mundo donde tuvo la ocasión de hablar nuestro presidente, pero también como instrumento de formación política al llevar su mensaje directo de transformación social y apuntar a la superación del orden capitalista dominador.
Por todas estas razones, Chávez fue odiado, y lo sigue siendo después de muerto, porque sencillamente movilizó al pueblo de base, compuesto por hombres y mujeres humildes, pobres, de colores diversos -muchos zambos como el propio presidente- y alimentó esa movilización con el sueño y la esperanza de construir otro tipo de sociedad que ahora sigue Maduro su cordón umbilical. Por esto lo odian tanto los capitalistas e imperialistas del mundo, así como las oligarquías de los países latinoamericanos y buena parte de sus llamadas “clases medias”, las que no pueden concebir la existencia de los pobres como un sujeto social autónomo y deliberante, porque ven peligrar su forma de vida, sustentada en el arribismo y el consumo a vasta escala depredando los recursos existentes y pensando en posesionarse de dichos recursos en otros países si se les acaba, ya han dado muestra de estas pretensiones en países hermanos.
Como parte del legado dejado por Hugo Chávez resulta indispensable recordar lo que éste no alcanzó a realizar y concretar, así como los errores de su liderazgo y del equipo, no sólo porque esto forma parte de la historia, sino porque su estudio debería servir para aprender de esos errores e intentar enmendarlos ahora con la ejecución del Plan de la Patria escrito de su puño y letra; esto es así tanto en Venezuela como en todos los lugares donde se adelantan procesos que intenten superar el capitalismo.
En tal sentido es necesario diferenciar tres tipos de críticas latentes; En primer lugar, las de la derecha y sus aliados cuya finalidad consiste en mantener las diferencias de clase, el racismo, la dominación imperialista, y ahora la Guarimba, planes de magnicidio y la desestabilización económica intencionada como parte de la guerra de cuarta generación, y por eso todos esos sectores, que se expresan en la “gran prensa nacional, regional y local”, no han ocultado su felicidad por la muerte de su peligroso enemigo. En segundo lugar, las de ciertos grupos minoritarios y sectarios de la izquierda radical que se consideran como iluminados y se niegan a participar en forma directa de los procesos y, en algunos casos, resultan convertidos en la práctica -aunque no lo hayan querido ser en forma voluntaria- en aliados de la derecha, como sucedió a fines del 2012 con ciertos candidatos presidenciales que se mantuvieron hasta el final a nombre de una supuesta alternativa de izquierda y obtuvieron escasos votos. Y en tercer lugar, están las críticas genuinamente revolucionarias que se hacen para superar errores, para alertar sobre los giros indeseables que en determinados momentos y circunstancias adopta el proceso, críticas justas que son hechas por compañeros camaradas, cuyo objetivo es mostrar los problemas y dificultades, siempre en la perspectiva de obtener mejores resultados en el camino.
Situados en esta última perspectiva, y luego de reconocer los grandes e imperecederos aportes del comandante Hugo Chávez como revolucionario que son innumerables, es necesario mencionar una de su principal falla que radico en la excesiva confianza que les otorgo a algunos de sus amigos más cercanos pagándoles con traición.
Otra limitación del proceso bolivariano está relacionada con el hecho de no haber podido sentar las bases solidas de un modelo económico alternativo antes de su partida dejando ahora un trabajo de doble esfuerzo y lealtad.
La diferencia de Chávez con todos sus antecesores ha radicado en que éste ha redistribuido socialmente los frutos de la renta petrolera, creando escuelas, hospitales, bibliotecas, universidades, mientras que antes esas rentas iban de manera exclusiva a las arcas de las clases dominantes y a unos sectores minoritarios de las clases medias. Con todo y ese importante logro redistributivo no se han dado pasos importantes hacia otro modelo de economía, con lo cual también se ha fortalecido la boliburguesía, formada por la burocracia parasitaria de la quinta columna, y por los conversos del régimen puntofijista que se transformaron en chavistas de ocasión, casuales y no de convicción movidos por hechos y acciones mas que palabras retoricas.
Sin embargo, al hacer un balance sobre los logros y limitaciones de Hugo Chávez, la conclusión principal que puede extraerse es que fue un revolucionario integral, cuya figura dinamizó la política en nuestra América y les dio voz a los pobres de su país y del continente, en la medida en que propuso una lucha frontal contra la dominación imperialista. Por esa razón de clase y de “raza”, los poderes hegemónicos de América y del mundo lo combatieron durante los quince años en que fue presidente legítimo y han inventado las más burdas calumnias contra él y su pueblo, como lo siguen haciendo en estos momentos para mancillar su memoria. Nada de esto, por supuesto, va a impedir que Hugo Chávez, como se demuestra con las muestras de dolor de millones de venezolanos y latinoamericanos, pobres, humildes y conscientes, ya forme parte de la tradición revolucionaria de nuestro continente.
Que Viva nuestro Líder por Siempre.
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